¿Evaluar “La calidad virtual”?
¿Evaluar “La calidad virtual”?
Introducción:
Fanelli, Maquina, Rabossi
sostienen “que resulta difícil identificar qué transformaciones permanecerán
una vez superada la pandemia”.
Sin embargo sostienen que “La
virtualidad como complemento de la educación presencial podría ayudar a
repensar nuevos modelos pedagógicos, rediseñar el currículum y otros asuntos
que siempre han estado pendientes en la educación universitaria argentina”
En base a las perspectivas de la
comunidad universitaria respecto del futuro “pospandemico”
¿Qué debería incluir la “calidad virtual
educativa”?
Desarrollo:
La virtualidad impuesta por la
pandemia impactará en todo el sistema educativo. Según algunos relevamientos la
percepción es que la educación universitaria no será la excepción.
Tomemos un caso concreto.
En la Universidad Nacional de
Rosario el 93 % de las cátedras del 1º cuatrimestre conservaron algún tipo de
vínculo digital con los alumnos, El 75% del alumnado participó activa y regularmente.
El 88% uso mail como medio de
comunicación, mientras que el 50% ulitizó Whatsapp. El zoom y Google Meet fue
la opción preponderante para el 50% de las cátedras.
El 82 % de los docentes tomaron
exámenes virtuales alcanzando los 32.130 estudiantes. El 51% eligió el trabajo
práctico individual para evaluar parciales. El 81 % del alumnado cree que
realizará exámenes finales y el 55% estima que optará por la oralidad.
El 80% de los docentes de creen
que la virtualidad llego para quedarse.
Más del 80% de alumnos y docentes
encuestados creen que la funcionalidad es positiva para el dictado de las
actividades de acompañamiento pedagógico cuando vuelva la presencialidad. La
visión es compartida por el Rector y la Directora del Aérea Académica y de
Aprendizaje de donde depende el SIED (Diario La Capital de Rosario 5/9/2020)
Según estos datos la virtualidad
no solo llego “para quedarse” sino también para masificarse.
Sobre esta hipótesis ¿Cómo debería
impactar en la evaluación de la calidad?
Asumiendo que el análisis, por
estar en pleno desarrollo, está lleno de potenciales a futuro creemos es interesante animarnos a pensar
algunas pautas bajo el modelo de lo nominal,
real y operativo:
Nominal: acordando con Strash (CONEAU/70 OEI) en la imposibilidad
de un acuerdo universal sobre “la calidad” la incorporación institucional
generalizada de herramientas virtuales como recurso pedagógico permanente para
el dictado de clases debe ser parte de la definición.
Realidad: La evolución tecnológica permanente de terminales
y software implica la necesidad adaptabilidad institucional al uso de nuevas
tecnologías, su aplicación efectiva y su predisposición a la innovación
pedagógica mediante su utilización. El uso masivo de zoom, meet o los campus en
la pandemia puede ser el punto de partida nunca el de llegada.
Operativo: el nivel de accesibilidad a estas herramientas y
dispositivos (tanto desde lo material como desde la capacitación para su uso
eficaz) como la promoción de su uso es un punto insoslayable. La virtualidad no
debe ser una parte opcional o decorativa de la oferta educativa, sino una
competencia que la formación superior busque incorporar en el alumnado.
En la cultura argentina de ingreso
gratuito e irrestricto esto supone para las universidades públicas un desafío
mayor.
Conclusión:
Después de un año en el cual el
mundo educativo, del trabajo y la producción a escala global experimento un
traspaso a la virtualidad la Universidad no puede quedarse solo en una
adaptación coyuntural. Debe incorporar la virtualidad como una herramienta
masiva, un recurso obligatorio y una competencia que debe brindar.
Compartimos con Figallo (ESAL 2020) que “es
urgente construir modelos de evaluación para aprender y avanzar”
Creemos que la variable calidad no
puede prescindir de la medida del componente “virtualidad” incluyendo como criterios
de evaluación la adaptabilidad, aplicación efectiva y universalidad del acceso.
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